Nala lloraba al quedarse sola
Hoy os presentamos la historia de Nala, una galga italiana de 6 meses que lloraba al quedarse sola. Sus dueños, María y Uri, nos contactaron porque no conseguían enseñarle a quedarse sola en casa, la perra lloraba tanto cada vez que se iba de casa, que los vecinos les pusieron una denuncia.
Mi perro llora cuando me voy
María y Uri eran arquitectos, trabajaban desde casa y Nala disfrutaba de su compañía las 24×7. Su horario de trabajo era flexible, lo que significaba que podían darle toda la atención que necesitaba, cuando la necesitaba, y Nala estaba muy satisfecha con la vida tal como era. Nala era una perra perfecta cuando ambos estaban en casa, sin embargo, si uno de ellos salía de casa, se quedaba cerca de la entrada, llorando y, a veces, arañando la puerta.
María y Uri desde el principio trataron de manejar bien la logística para que al menos uno de ellos estuviera en casa con Nala, pero a largo plazo era imposible vivir así, había días en que ambos tenían que salir. La primera vez, al volver a casa, encontraron una de las plantas arrancada de su maceta, la maceta rota en el suelo, la esquina del sofá desgarrada y los cables del ordenador rotos. No lo entendían: ¿Cómo podía su cachorro perfecto ser capaz de algo así?
Pensaron que con el tiempo se le pasaría, pero después de dos meses no hubo mejora, cada vez que salían era una catástrofe…Se preguntaban constantemente, ¿Por qué llora mi perro cada vez que nos vamos?
Luego llegaron las quejas de los vecinos y ya tenían claro que solos no iban a poder resolver este problema y que necesitaban ayuda urgente de un educador canino.
María: «Realmente es una perra perfecta y la queremos mucho. Lo único que nos preocupa es que se pone histérica cuando se queda sola y se pone a llorar. Cuando llegamos a casa, todavía está temblando e hiperventilando, lo está pasando muy mal. Es lo que más nos preocupa porque vemos cómo sufre cada vez que nos vamos de casa. La vida social la hemos cortado totalmente, ya no vamos al cine ni a cenar fuera.
Otra cosa es que vivimos en un piso de alquiler, no podemos permitirnos que lo destroce, ya se ha comido los zócalos, un sofá y ha arañado una puerta. Además de las quejas, los vecinos dijeron que si no hacemos algo nos pondrán una denuncia. Al final terminaremos en la calle.
Y por si fuera poco, en el trabajo me dijeron que en 1 mes tendré que comenzar a ir a la oficina 2 veces al día… Solo de pensarlo ya me estresa. Decidimos apuntar a Nala a una escuela de cachorros porque ya vemos que sin ayuda no vamos a poder resolverlo».
Mi perro llora mucho cuando se queda solo
¿Que está pasando?
La ansiedad por separación en un cachorro es normal en el mundo canino, es un mecanismo adaptativo. Un cachorro al perderse llora para llamar a su madre, esta le escucha y lo busca. Entonces es normal que el cachorro aplique el mismo instinto cuando convive con humanos, y si ellos saben manejarlo, desaparecerá con el tiempo.
Otro factor que entra en juego aquí es la frustración. Nala solía tener toda la atención que quería. Siempre que iba a pedir caricias o juego, María y Uri se lo ofrecían, porque les parecía correcto. Nala dormía en su regazo cuando quería y disfrutaba del contacto físico siempre a demanda. De esta manera aprendió que sus demandas SIEMPRE quedaban atendidas. En el momento en que María y Uri empezaron a salir de casa, el contraste entre su presencia y ausencia era enorme, y no solo extrañaba a los dueños, sino que también su frustración aumentaba al no obtener lo que quería.
¿Que hicimos?
Como todo gran cambio empieza por pequeños pasos, aplicamos desde un principio nuestro método Can is Cool y lo primero que hicimos fue introducir unos límites domésticos con una adecuada dosis de frustración para enseñarle a Nala a controlarla. Esto incluía elegir cuándo jugar con Nala y durante cuánto tiempo. Nala solía dictar cuándo quería jugar y tener la atención, pero ahora Maria y Uri tomaron el control de esos aspectos en su día a día. Esos pequeños cambios introdujeron una pequeña cantidad de frustración en la vida de Nala, pero aún parecían manejables para ella.
Como segundo paso, María y Uri introdujeron puertas para bebés en casa, de modo que Nala pudiera verlos, pero sin poder seguirlos cuando caminaban por casa. Esto introdujo un nivel de frustración ya más alto, y al principio era necesaria cierta distracción con juguetes masticables.
En 2 semanas, María y Uri lograron irse a diferentes habitaciones del apartamento sin que Nala siquiera les prestara atención, y al final del mes pudieron irse por períodos cortos de casa sin ningún drama por parte de Nala.
Cuando María empezó a trabajar de nuevo en la oficina, al final de su Programa con Can is Cool, ya habían conseguido alargar el tiempo hasta 5 horas sola, y la operación de vuelta al despacho se pudo hacer sin estrés… Estaban siempre pendientes de ella por una cámara y Nala estaba durmiendo tranquilamente hasta que volvía Uri.
Los aullidos y los muebles rotos ya eran el tema del pasado. María y Uri por fin podían dejar de sentirse culpables al salir de casa y recuperar su vida social.
Como hacer que mi perro deje de llorar
3 consejos para enseñar a tu cachorro a estar solo y a que no llore
1. Una hora sin perro cada día
Introduce “1 hora sin perro» por día. Durante ese tiempo ignóralo completamente. Este nuevo concepto permite exponer a tu cachorro a una pequeña cantidad de frustración y le enseñará que estar sin tu atención es una parte normal de la vida cotidiana.
2. Darle de comer de los juguetes interactivos
Toda la comida que normalmente le dabas en su cuenco, empieza a dársela en los juguetes de alimentación activa. De esta manera le enseñarás a tu cachorro que no todo el entretenimiento tiene que venir directamente de ti y que se lo puede pasar muy bien cuando tú no estás.
3. Instala vallas de bebés en casa
Introduce vallas de bebés en casa para enseñarle a tolerar tu ausencia de manera más progresiva, primero pudiendo verte pero sin poder acceder. No lo dejes solo hasta que no empiece a tolerar estar tranquilo en otra habitación detrás de la valla.